En esta obra se aprecia la entrada desde el campo a la calle Ancha de Valdepeñas de las tropas francesas. Al fondo descienden del cerro Aguzaderas que les servía de campamento. La caballería cae a tierra por las cuerdas tendidas de acera a acera y muere ensartada en los clavos diseminados o rematados por la ciudadanía. En el centro de la composición destaca la gesta de Juana la Galana. Del lado derecho se distingue la extracción de agua del pozo, de cómo la hierven, la suben a los balcones y la arrojan por ellos. Sobre los tejados, más población arroja piedras o dispara a los soldados que pretenden entrar.
Contienda del Seis de Junio
La Contienda de Valdepeñas tuvo lugar el 6 de junio de 1808 cuando los habitantes de la villa manchega se negaron a dejar pasar por su calle principal, que era la carretera a Andalucía, a las tropas napoleónicas del general Liger-Belair. Los hombres acababan de ser alistados en la compañía de Pedro Alesón, así que la labor de las mujeres sería crucial en la defensa, destacando Juana la Galana. Ante la imposibilidad de cruzar por la carretera y del alto número de bajas que fue alcanzando, el ejército francés decidió incendiar el pueblo. Viendo que la ciudadanía no cejaba en la lucha, el General francés se rindió y no sólo no continuaría hasta Andalucía, sino que desalojó toda la provincia de La Mancha. Este retraso fue fundamental para la victoria española en la Batalla de Bailén, siendo la primera derrota de Napoleón. El general Castaños, victorioso en Bailén, dijo de Valdepeñas que había hecho el «acto más heroico en honor de la independencia de la nación». Fernando VII y la reina María Cristina le concederían años más tarde los títulos de «Muy Heroica Ciudad».